En noviembre del 2010 ya destacamos algunas de las mejores rutas de senderismo de Cataluña; ahora, ampliamos nuestra lista con un nuevo itinerario del que hemos tenido conocimiento a través del periódico inglés The Saturday Telegraph.

El periodista Jim White desempolvó sus botas de trekking y viajó hasta la región situada al norte de Barcelona para realizar la travesía desde las estribaciones más orientales de los Pirineos hasta el Mediterráneo.

Jim empezó a caminar en las inmediaciones del recinto amurallado de Maçanet de Cabrenys para seguir luego hacia Cantallops, recorriendo una distancia de 8 km al día. Cantallops es una población conocida sobre todo por su tradición vitivinícola, que constituye un pretexto excelente para relajarse en uno de los clásicos hostales de la zona y paladear un suntuoso vino tinto o un blanco bien fresco. Después de hacer un nuevo alto en el pintoresco pueblo de Garriguella, llega el momento de ascender la empinada cuesta que conduce hasta el monasterio románico de Sant Pere de Rodes. Aunque este tramo de la ruta no es apto para pusilánimes, merece la pena forzar un poco las piernas para disfrutar de la espectacular panorámica del litoral que se puede contemplar desde este monumento, hoy restaurado.

 

El punto de destino elegido por Jim era Cadaqués, sin duda uno de los pueblos de pescadores más hermosos de Cataluña. Sentado en una terraza bañada por el sol y con una cerveza en la mano, Jim evocó su hazaña con una frase que lo dice todo: «Dondequiera que fuéramos, nos esperaba un paisaje fascinante, una historia densa y un aire limpio y puro».

 

Las vistas cambian radicalmente a lo largo de la ruta. En una distancia relativamente corta, las montañas volcánicas de la Garrotxa dejan paso a un paisaje de suaves ondulaciones, tapizado de olivares, viñedos y alcornocales. Y mientras salvas las últimas crestas para llegar al litoral, ante ti se abre otra panorámica totalmente distinta, formada por calas pedregosas, playas de arena y cabos de escarpadas rocas. Una variedad paisajística que, sin duda, acentúa la sensación de haber vivido un auténtico «viaje» a pie desde las montañas hasta el mar.